martes, 21 de abril de 2009

CREENCIAS ESLAVAS


José Ramón Farías
Escritor - Historiador
Para ChacoMundo
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La República Argentina recibió en su seno a millares de hombres y mujeres provenientes de Europa. Estos esforzados inmigrantes llegaron obedeciendo a dos razones fundamentales. Por un lado, una nación que los llamaba ante la necesidad de poblar su inmenso territorio, y por otro la guerra europea que dejó naciones enteras asoladas y empobrecidas. Los menos beneficiados culturalmente y económicamente sufrieron el impacto más duro, lo que los indujo a emigrar a la tierra de promisión, según le describían las compañías colonizadoras en la frondosa publicidad desplegada para captar inmigrantes.

Estos estoicos aventureros trabajaron duro y aportaron a la Argentina la implantación de la agricultura masivamente. Sus hijos, en gran mayoría, derivaron su destino hacia las profesiones menos esforzadas y más rentables alejándose de los campos que los abuelos gringos supieron erigir de la nada. Por supuesto hablando de la Provincia del Chaco, que tiene características particulares, se constituyó una sociedad cosmopolita, con rasgos muy particulares.

Como docente rural, tarea que desempeñé la mayor parte de mi vida activa, he recopilado los miedos, las fantasías, las leyendas y algunos mitos que circulaban entre los braceros o peones de obrajes. Estas supersticiones muchas veces difamadas por los descendientes de aquellos pioneros, hizo que asuma la defensa de ellas, conocedor de que los pueblos eslavos (en su mayoría los inmigrantes al Chaco), fueron antes del Cristianismo mucho más supersticiosos que nuestros criollos. Por supuesto debemos asumir que aquellos que miran sobre el hombro a las creencias locales, desconocen la evolución cultural de la tierra de los abuelos. Simplemente por eso, describiré algunas de las certidumbres que sostenían los primitivos eslavos.
Pero antes de abordar una breve descripción de las principales fantasías colectivas de aquellos pueblos, debo definir mínimamente qué nacionalidades conforman la etnia eslava.

Estos pueblos viven mayoritariamente en Europa. El núcleo de los pueblos eslavos se encontraba situado hasta el siglo VI al norte de los Cárpatos llamados antiguamente en el siglo I por Plinio el Viejo y Tácito veneti o vénetos. Tras la caída del Imperio romano y el abandono de varias tribus germánicas de las zonas que ocupaban para trasladarse al sur, junto a una explosión demográfica, las distintas comunidades que constituían esta etnia se trasladaron por todo el continente europeo.

Un primer grupo serían los eslavos occidentales formado por los checos, croatas, moravos, casubios, eslovacos, sorbios, liutiches, pomeranios, mazovianos, vistulianos, polacos y silesios se trasladó hacia occidente, instalándose en la zona que ocupaba el río Danubio al sur, el río Vístula al este, el río Elba y el mar Báltico al oeste el actual límite con la frontera de Lituania al norte. Empezando en el siglo VII han formado varios reinos, entre los más antiguos contamos la Gran Moravia, basada sobre el río Morava en la presente República Checa. Más tarde "los países de la Corona Checa" o Polonia cuentan entre los reinos más poderosos en esta región.

Un segundo grupo formado por los eslavos orientales que engloban las regiones de las llanuras de la actual Ucrania y Rusia, por el norte hasta el lago Ladoga, por el este hasta Moscú y por el oeste hasta las fronteras de los actuales estados de Letonia, Lituania y Estonia. Éste fue el grupo más numeroso y estaba constituido por los volinios, polianos, drevlianos, dregoviches, radimiches, viatiches y severianos. Formarían con sus uniones los pueblos ruso, ucraniano y bielorruso, mezclándose con los normandos (varegos o varengos) otro nombre para los vikingos.
El tercer grupo, los eslavos meridionales, se estableció en la zona de los Balcanes: serbios, eslovenos, croatas y los eslavos de Albania y Bulgaria. Aquí se encontrarían con los protobúlgaros con quienes se mezclaron parcialmente. De ellos nacerían los estados de Bulgaria, Serbia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, y los montenegrinos.
Ubicados en los orígenes de aquellos descendientes de pioneros ya que muchos de ellos entienden que abordar el estudio de los mitos y leyendas populares argentinas, es un arte menor, describo a continuación las más importantes de sus antepasados.

La Baba Yaga
Es la figura más conocida y popular de toda la mitología eslava, se trata de una bruja que tiene un enorme poder sobre los animales, viaja a bordo de un mortero y borra sus huellas con una escoba.
Vive en una choza en medio de un bosque, donde solo se puede entrar pronunciando una fórmula mágica que hace aparecer la puerta.
Es la típica vieja bruja, nariz puntiaguda y cuerpo flaco y repugnante, su rostro parece el de una calavera con dientes puntiagudos.
Su casa es probablemente la entrada al Otro Mundo, y por ello entrar en ella puede llevar a la muerte.
El día y la noche obedecen a la Baba Yaga, su culto puede haber sido antaño el de la diosa del otro Mundo. No siempre hace maldades, a veces suele ayudar a los héroes en sus búsquedas. A veces se la nombra como "piernas flacas" aludiendo a su apariencia esquelética.

El Dragón
Es muy popular la figura del dragón en las antiguas historias contadas por los serbios y los rusos. Se lo relaciona estrechamente con el fuego, el agua y las montañas, que son los límites del Otro Mundo.
Suele raptar a las mujeres de los héroes o a doncellas indefensas, a las que se lleva al Otro Mundo. También puede hacer las veces de guardián del puente de madera de álamo que lleva al Otro Mundo.
La tarea del héroe es derrotar al dragón y liberar a las cautivas, venciendo las burlas del dragón y el irresistible deseo de dormir que éste le impone. Hay una historia muy interesante que dice que hubo una gran pelea entre el héroe, representado por la iglesia cristiana, y el dragón, que representa al paganismo: el héroe vence y los pueblos eslavos se convierten en cristianos.

La vila
La vila es una muchacha joven y bella de pelo largo y rubio, probablemente una muchacha muerta sin bautizar, según la creencia búlgara, otra de las almas de los difuntos que normalmente es bondadosa en sus relaciones con los seres humanos. Es muy popular entre los eslavos del sur, donde aparece en muchos de los cantos épicos.

La rusalka
Es el alma de niños recién nacidos o de doncellas ahogadas, le gusta cantar y los hombres se ahogaban por el hechizo de su canto, porque tomaba la forma de una atractiva joven vestida con hojas que seducía a los aldeanos y los llevaba a sus moradas subacuáticas.
Sobre el final de la primavera, salía del agua se acercaba a sus víctimas por detrás y las mata a fuerza de cosquillas, especialmente a las mujeres, a quienes odiaba especialmente; hay muchos relatos sobre la rusalka intentando arrebatar el alma de las muchachas ingenuas.

La sirin
Es un ave del paraíso con rostro de muchacha. La particularidad de este mito es que fue introducido por los griegos y llegó con el cristianismo ortodoxo.
Está claramente relacionada con la sirena, que induce a los marineros a la muerte con su canto, pero en este caso la sirin es un ser bondadoso que canta maravillosamente y es un ave llena de felicidad y belleza, que desciende de los cielos a la tierra en recompensa por una vida virtuosa. El que escucha su canto los olvida todo y lleno de felicidad, muere.

Los espíritus de los antepasados
Es una antigua creencia eslava sobre los espíritus domésticos, antepasados de la familia que convertidos en espíritus protegen la vida familiar, a los cuales se les practicaba una verdadera celebración tres o cuatro veces al año, existiendo complicados ritos para satisfacer a dichos espíritus.
Es el dedushka domovoi (espíritu del abuelo) al que la familia debe tratar con respeto, no dormir en su lugar preferido, dejarle platos de su comida favorita todas las noches, y agradarlo con sus actos, porque si no, del domovoi suele enojarse y romper todo, además de molestar a los animales. Normalmente es invisible, pero quienes lo "vieron" describieron a un viejo de barba gris y cuerpo peludo.

El tres veces décimo reino
Es el "Otro Mundo", ese que se extiende allá lejos, mucho más allá de los bosques impenetrables, en el nacimiento de turbulentos ríos, bajo el mar o bajo la tierra. El héroe podrá acceder a él luego de un largo y cansador viaje a través de terribles montañas destinado a la búsqueda del objeto deseado, que puede estar representado por manzanas de metal (como en los cuentos búlgaros) o una mágica ave de fuego, o puede ser algún objeto de oro.
En este mundo hay infinidad de palacios revestidos y adornados con objetos de oro y plata, y no suele ser fácil salir de él. Hay una muy antigua creencia eslava que puede estar relacionada con esta, y es la que cuenta que la Tierra es una isla rodeada de mares y que debajo del mar existe otro mundo que es donde se oculta el sol por las noches.

Los Dioses eslavos
Los eslavos tenían sus propios dioses, los cuales formaban un panteón bastante variado, que podemos enumerar de la siguiente forma:
·Svarog: era el dios más antiguo, el de más edad e influencia entre los demás dioses.
·Dazhbog: hijo de Svarog, era el dios del sol.
·Svarozhich: el otro hijo de Svarog, dios del fuego.
·Rod: era el dios de la fertilidad, la luz y la creación, uno de los dioses más populares de los eslavos, relacionado directamente con la creencia en los antepasados muertos, los cuales velaban por la familia desde el más allá; se cree que había un complicado ritual para comunicarse con ellos, y que la creencia en la resurrección era también generalizada.
·Las Rozhanitsi: madre e hijas, diosas de la fertilidad muy relacionadas con Rod, cuya fiesta se realizaba al finalizar la cosecha.
·Svantovit: dios de cuatro cabezas, relacionado con el culto a los antepasados. Sus cuatro cabezas eran la fuente de su gran poder. Además llevaba un cuerno lleno de vino, cuyo nivel predecía las cosechas. También se sabe que predecía los resultados de las batallas con la ayuda de un sagrado caballo blanco. En algunas regiones orientales apenas se diferencia de Rod.
·Perun: dios del trueno, el rayo y la guerra, en algunos círculos aristocráticos sustituye a Rod en el siglo X.
·Makosh: la diosa de la fertilidad, la abundancia y la humedad.
·Veles: dios de los muertos, protector del ganado y del comercio.
·Stribog: dios de los vientos.
Estos dioses y creencias no se acabaron con el cristianismo. Simplemente se fueron reduciendo poco a poco a lugares más aislados, aldeas rurales y poblados olvidados, donde pudieron subsistir durante siglos. En largas noches de invierno, o las soledades del paisaje europeo rodeados de montañas o espesos bosques, los mayores contaban historias sobre estos personajes, a los jóvenes que rodeaban la mesa o los fogones ardientes de las chimeneas.
Existen cientos de otros personajes de la imaginería popular eslava. Recordemos que el arte de la lectura y la escritura, en aquellos tiempos, estaba reservada a nobles y religiosos. Entonces, valoremos nuestra imaginería popular, que tiene muy pocos años de historia, para alcanzar un desarrollo cultural igual o parecido al que ostentan en la actualidad esas culturas.
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COMENTARIOS DE NUESTROS LECTORES:
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Juan Pablo – Chaco – Argentina
Yo soy católico y recién hoy pude navegar. Fue una sorpresa que hayan colocado una columna como ésta, porque en la región tenemos miles de leyendas pero nadie habla de ellas. Ojalá Sr. Farías que también toque los mitos locales que tenemos. Así nos podemos desasnar un poco. Adelante.
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